viernes, 19 de octubre de 2012

Nos que hacer conmigo




Mi querido diario, hay días en los que es imposible fingir estar bien, esos días en los que la mente no para de recordar momentos que solo le dan un tono gris a días como el de hoy. Al parecer no era buena compañía para nadie, fue por eso que no quise salir de casa y agradecí que todos salieran y pude estar sola. Extrañamente, la soledad hace parte de mis mayores miedos, pero en el día de hoy nada parecía tener sentido.
Solo la música me parecía buena compañía, aunque algunas canciones, tan solo me hundían mas en esos pensamientos que producen preguntas sin respuestas, otras traían a mi mente imágenes de momentos que creía ya estaban enterrados en el pasado. Sentía que nada en mi vida tenia sentido, que no tenía una vida. Al parecer todas las personas que me hacen parte de mi presente tienen un orden que rige el camino que recorren cada día…y ¿yo?, he hecho muchas cosas durante estos 18 años, tal vez cosas que muchos otros nunca podrán hacerlas. ¿Pero de qué me sirve eso?, si ahora tan solo paso los días estudiando y fingiendo una sonrisa cuando por dentro el corazón late lentamente, caminando mientras a mi espalda logro sentir los murmullos de una vida que ni conozco, pero al parecer todos creen que tengo.
Hoy no tenia ganas de comer, tampoco de bañarme. Solo quería acostarme en la amaca que hay en le balcón y ver el azul del cielo y las blancas nubes moverse…pero recordé que al frente viven algunos amigos y no tenia ganas de saludarlos, además al poco rato comenzó a llover.  Ni siquiera el cielo quería estar conmigo.
Decidí llamar a algunas amigas para distraerme, pero ninguna me contesto. Al poco rato algunas me devolvieron la llamada, pero yo, ya no quería hablar con nadie. Un baño con agua fría podría ayudar a sentirme mejor, pero estar en el baño hizo que ese nudo en la garganta comenzara a aflojarse y las lágrimas comenzaron a caer, una por una rodaban por mis mejillas, algunas se perdían en mis labios y otras lograban caer al piso.
¿En qué pensaba mientras lloraba?...pensaba en las veces en las que he cambiado mi felicidad por no molestar a los demás, en las veces que he hecho lo que es correcto, sin ser lo que realmente quiero. Pensaba en mi vida y me daba cuenta que no tenia una vida, que a pesar de dar lo mejor siempre, al final, mi compañía era el dolor y recuerdos que solo me lastiman. Cada lágrima podía ser una de tantas personas que el destino me ha quitado, o cada uno de los minutos que la vida me ha castigado con la soledad. El agua no parecía estar tan fría y su sonido se mezclaba con el de la lluvia. Cerré mis ojos y por un instante mi mente quedo completamente en silencio, no sentía nada. Supongo que lo mismo se siente al morir. Es un poco irónico que sin importar el camino que debamos recorrer en la vida, bueno, malo, obligados o libres, todos llegamos a la misma meta, a la muerte. La misma a la que tanto le tememos y que sin desearlo, llegamos a ella.  
El día me parecía eterno, la comida no tenía sabor y la lluvia no parecía producir frio. Intente dormir pero solo daba vueltas en la cama, miraba por la ventana y solo lograba desesperarme mas, ya no sabia que hacer conmigo misma, quería que esa vocecita que hablaba sin parar en mi cabeza se callara y dejara de atormentarme.
Cuando comenzó a ser de noche, ya no estaba sola, así que decidí quedarme en mi cuarto para no incomodar a  nadie con mis gestos de aburrición, y además, alguien podría notar que había llorado y no quería responder preguntas, seguramente me harían las mismas que durante todo el día intente responderme a mi misma. A los pocos minutos, alguien entro en mi habitación y se acostó a mi lado, no fue necesario mirar quien era para saberlo, el olor de su fino perfume era inconfundible.  Sin decir nada me abrazo delicadamente, y fue inevitable contener las lágrimas, esta vez sentía que me ahogaba, apretaba con fuerza la almohada, mientras sentía que sus manos acariciaban mi frente y poco a poco me fui calmando. Solo mi mama podía darme la tranquilidad que necesitaba, ella no me haría preguntas, sabia que era de esos días en los que me siento indefensa, como un ser pequeñito en un universo de gigantes. Ahí estábamos, como cuando era pequeña y me hacia dormir, la mire fijamente a los ojos y la abrace con todas mis fuerzas…”todo estará bien mi princesa, estas conmigo” esas palabras lograron que esa vocecita desapareciera y comenzara a recordar cual era el sentido de mi vida. Ser feliz, sin importar lo que encuentre al final del camino y sin importar la complejidad de la vida. Porque sabia que no estaba sola, que tenia lo mas importante para continuar, tenia Amor.