miércoles, 19 de septiembre de 2012

Relato de ficción.


La partícula de Dios
 Hace mucho tiempo, cuando la tierra tan solo era una esfera llena de agua, Dios hizo un viaje muy largo por todo el universo, recolectando varios elementos que le permitieran crear vida para poner en la tierra. Estuvo en todos los planetas en compañía de uno de sus ángeles, después se encerró en su hermoso palacio azul, que queda en medio de las nubes, durante muchos días creando una partícula que le ayudara a crear cosas y seres hermosos para la tierra como llamo a este planeta. Creo unas semillas que harían nacer muchas plantas muy altas y otras mas pequeñas y de muchos colores, también creo  unos diamantes que pondría en la parte oscura para que acompañaran a la luna a iluminar lo que se llamaría la noche. Le pidió a los ángeles que  crearan figuras en el cielo de seres que ellos quisieran ver en la tierra, y cuando todas las nubes tenían forma, Dios soplo en cada una de ellas y les dio vida y cada ángel le puso nombre a lo que son ahora los animales. Lo más importante  era una partícula muy brillante, de una mezcla de muchos colores, con esa partícula, al lado de otros elementos, Dios creo a los seres encargados de cuidar todo lo que había puesto en la tierra, cuando los creo, Dios sintió que era lo  mas perfecto que había hecho, así que a esta partícula la llamo “la partícula de Dios” y una pequeña muestra que le quedo, la oculto en un lugar muy especial.
2008 años después…
Peter Higgs, un científico que vivía en Boston,  estaba sentado leyendo la prensa, donde una vez más, hablaban de sus fracasados descubrimientos. Peter no tenía familia, porque dejo pasar toda su vida dentro de los laboratorios, sin obtener resultado en ninguno de sus estudios. Mientras pasaba las paginas del diario, un anuncio llamo su atención. Un importante centro de investigación de Suiza, estaba convocando a los científicos de todo el mundo para que encontraran la partícula subatómica que faltaba para un modelo estándar, que seria clave en la formación de vida. Por un instante Peter se entusiasmo, pero sus ánimos se esfumaron  al recordar todos sus fracasos. Comenzó a guardar todo lo que había en su laboratorio, se iría de viaje para recuperar todos los años que había perdido, aunque a sus 50 años eso seria algo difícil. Por lo menos podría disfrutar de su vejez, lejos de microscopios y de titulares desprestigiando su trabajo.
Esa noche quiso beber un fino vino que tenía guardado, hasta embriagarse y quedarse dormido.
Soñó que estaba en un lugar muy frio, pero la neblina no lo dejaba ver nada, así que comenzó a caminar y a lo lejos vio algo que brillaba y cuando iba a cogerlo se despertó. No le dio ninguna importancia  a ese sueño y al día siguiente empaco todas sus cosas y comenzó a buscar un lugar para comenzar de nuevo. Recordó que siempre había deseado ir a China, así que llamo al aeropuerto e hizo la reservación, sin fecha de regreso.
Cuando estaba en el avión, tomo un volante para leer mas acerca del lugar donde se quedaría, había muchos sitios interesantes que visitaría y se propuso escalar el Everest, podría tener éxito y llegar a ese lugar donde la tierra toca las estrellas.
Se hospedo en un fino hotel y conoció a Mao Lu, quien reconoció a Peter, por los innumerables artículos que se había publicado acerca de su fracaso como científico. Mao Lu le hablaba con respeto y hasta parecía que lo admiraba. Peter le pidió que fuera su guía, y le contó el deseo que tenia de escalar aquel monte. Mao se entusiasmo, estaba esperando que alguien mas se uniera a su sueño y nada mejor que escalarlo al lado del famoso Peter Higgs.
Por fin había llegado el día esperado, Peter y Mao estaban frente al gran monte. Peter pensó que los seres humanos estamos en un mundo de gigantes, pero con la capacidad de destruir a esos gigantes, incluso a nosotros mismos.  Comenzó la gran aventura, por primera vez Peter se sentía realmente feliz, sintió que su miedo a la muerte había desaparecido, que no le importaba si el mundo entero pensaba que era un fracasado, por fin había seguido  su corazón y era feliz.
Mao le hacia muchas preguntas a Peter, acerca de todo lo que había investigado y también le cuenta que el había perdido a toda su familia en un derrumbe, porque donde Vivían era una zona de riesgo. Ese día Mao estaba en su trabajo y por eso sobrevivió. Desde que eso sucedió, había decidido vivir la vida haciendo solo lo que lo hacia feliz y alcanzando todos sus sueños y que deseaba llegara hasta la cima de ese monte para sentirse mas cerca  de su esposa y de sus dos hijos. Peter se sorprendía de la felicidad con la que hablaba Mao, a pesar de la tragedia que había vivido y sintió que él no era digno de su admiración, que por el contrario seria él quien aprendería de Mao.
Pasaron la noche en medio de la nieve y hablando de sus experiencias. Al día siguiente, los sorprendió una avalancha. No podían ver nada, ya estaban apunto de llegar a la cima, ambos se tomaron de las manos, pero la avalancha se llevo a Mao, enterrándolo en la nieve y de alguna manera acercándolo a su familia, no fue necesario llegar hasta la cima del monte. Peter logro llegar hasta la cima, pero no podía ver nada, había mucha neblina, y por un instante recordó el sueño que había tenido  antes del viaje. Estaba en el mismo lugar, así que comenzó a buscar la luz que había visto en su sueño, esta vez tenia que alcanzar a cogerla y saber que era. Después de caminar durante un rato, vio una pequeña luz amarilla, lentamente se acercó. Tenia un poco de miedo. Continuo hasta que logro llegar a ella. Peter no podía creer lo que estaba ante el, había encontrado la partícula que tantos científicos estaban buscando. La partícula que Dios había ocultado estaba ante el, ante el científico mas fracasado. Peter la cogió con mucho cuidado y la guardo en un cofre de cristal que tenia en su maleta.  Peter descendió orgulloso de haber hecho lo que le dictaba el corazón, pensaba en Mao, ahora si podría sentirse orgulloso, seria un logro de los dos.
Peter descendió y se comunico con los científicos de Suiza, para darles la gran noticia. Inmediatamente enviaron un helicóptero para que Peter llevara la que, él mismo llamo, “La partícula de Dios”, quizá Dios le dio la inspiración. Desde entonces, Peter dejo de ser la burla de científicos, para convertirse en la portada de las más importantes revistas de ciencia. Había encontrado el eslabón que faltaba para el modelo estándar y simplemente porque por primera vez había hecho lo que le dictaba el corazón. 

La cueva de los sueños olvidados



El mundo tiene escondido en la entrañas de la tierra, secretos que quizá el hombre nunca alcance a descubrir. Muchos de esos secretos fueron creados por el mismo hombre, en otras épocas, en años lejanos. Y que ahora se convierten en enigmas, o tan solo en marcas que dejaron plasmadas en las rocas, plasmando lo que sus corazones les decían. El arte ha sido el lenguaje que nos cuenta como éramos antes, que nos sucedía, que sentíamos y como era el mundo.
Werner Herzog a viajado por todo el mundo, pero por un mundo que parece sacado de las historias de ficción  donde los personajes parecen vivir en un universo aparte de este, donde la naturaleza confirma la insignificancia
que somos. El deseo de mostrar una realidad diferente llevo a Herzong hasta la cueva Chauvet-Pont-d'Arc, en el sur de Francia. Una cueva donde el arte puede comprenderse solo en el silencio, donde uno o varios hombres nos dejan un legado que permite recuperar fragmentos desconocidos de la historia humana.
La cueva Chauvet-Pont-d’Arc es uno de esos lugares que quisiéramos cuidar y proteger, pero que era necesario mostrar a todo el mundo para que recordemos de donde venimos, porque predominan las figuras de animales, venimos de la naturaleza, del contacto con la tierra. Haber encontrado esta cueva, debe ser un llamado que nos hace la tierra, para que no solo cuidemos esos lugares que parecen ser otros universos, sino cada una de las partes en las que habitamos.
Para nuestros antepasados la naturaleza era tan importante que plasmaron de manera simple, para nosotros, ese mundo perfecto y tranquilo en el que ahora no vivimos, solo idealizamos.