miércoles, 19 de septiembre de 2012

La cueva de los sueños olvidados



El mundo tiene escondido en la entrañas de la tierra, secretos que quizá el hombre nunca alcance a descubrir. Muchos de esos secretos fueron creados por el mismo hombre, en otras épocas, en años lejanos. Y que ahora se convierten en enigmas, o tan solo en marcas que dejaron plasmadas en las rocas, plasmando lo que sus corazones les decían. El arte ha sido el lenguaje que nos cuenta como éramos antes, que nos sucedía, que sentíamos y como era el mundo.
Werner Herzog a viajado por todo el mundo, pero por un mundo que parece sacado de las historias de ficción  donde los personajes parecen vivir en un universo aparte de este, donde la naturaleza confirma la insignificancia
que somos. El deseo de mostrar una realidad diferente llevo a Herzong hasta la cueva Chauvet-Pont-d'Arc, en el sur de Francia. Una cueva donde el arte puede comprenderse solo en el silencio, donde uno o varios hombres nos dejan un legado que permite recuperar fragmentos desconocidos de la historia humana.
La cueva Chauvet-Pont-d’Arc es uno de esos lugares que quisiéramos cuidar y proteger, pero que era necesario mostrar a todo el mundo para que recordemos de donde venimos, porque predominan las figuras de animales, venimos de la naturaleza, del contacto con la tierra. Haber encontrado esta cueva, debe ser un llamado que nos hace la tierra, para que no solo cuidemos esos lugares que parecen ser otros universos, sino cada una de las partes en las que habitamos.
Para nuestros antepasados la naturaleza era tan importante que plasmaron de manera simple, para nosotros, ese mundo perfecto y tranquilo en el que ahora no vivimos, solo idealizamos. 

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